sábado, 19 de noviembre de 2011

Desincronizado talismán.


Me estremece tu mirada atesorando algo que se fue.
El análogo recuerdo en el espejo, el vacio del fragmento arrebatado de una maternidad intrínseca, de la niñez una precisa fotografía pueril hecha acuarela. Eres un cofre y en tu mirada aguarda la esmeralda, arrullada entre pensamientos otoñales y la fresca humedad de la tierra. Tus ojos son portal, me invitan a viajar a una velocidad  con destellos de color verde ambarino que se diluyen hasta un pardo atigrado.
Tus ojos se animan, se transforma a risueñas miradas que también sollozan y aman. Con ellos gritas más de lo que las articulaciones de tus palabras pudieran lograr, más de lo que el tímido vibrato de tu voz pudiera emitir. Tus ojos son vitales, un telescopio de tu luz.
Me hacen ver que tienes como corazón una estrella que disfruta el vaivén del universo desde ahí… desde el cuarto de reverberaciones y ecos de un latido verdadero. Hay mar, océanos que fluyen en las venas. Son lágrimas disueltas, magia de la casualidad, retenciones de alegrías ajadas por lo débil de la memoria.
Pareciera ser que Quedó en tus hombros la cicatriz de un abrazo, en tu boca apenas puedo ver pudor, disfrazado de una contradicción como En tu nariz donde reposa una mariposa inanimada, sombría hasta ser invisible a las retinas alimentadas de superficialidad.
Es cristal, indiscutible fragilidad. Cauteloso semblante de piel como hierba verde que sobrevive al invierno y se alimenta del rocío, hoja de otoño que cruje y ven a la brisa como huracán. Girasol incompleto que solo le habla al sol sobre el tiempo. Tus ojos son el único eslabón que te permiten conectar, lo único que no puedes controlar y decirles que es lo que quieres que muestren. Son ellos los que constantemente muestran el camino hacía el talismán que atesora tu interior…  Afortunados los que se animan o pueden sentirse bienvenidos a la travesía de la belle esencia de tu ser pues es evidente la postura consistente o indiferente con la que reciben y miran al mundo. Niña y mujer, fusión de precisas cualidades, melodía y color de tu propia historia.